"Carrer dels petons" (Calle de los besos) es una calle de Barcelona que desemboca en la "Calle Comerç". Hay varias hipótesis sobre el origen del nombre. Uno dice que ahí los condenados a muerte se despedían para siempre de sus familiares y amigos, justo antes de iniciar el camino sin retorno hacia la explanada de la Ciutadella, donde los colgaban en la horca, o bien, más adelante en el tiempo, los ejecutaban con el garrote vil.
Hay fuentes que documentan que esta calle se había llamado con anterioridad "Calle de Jaume Negre" y "Calle de Fusiana", haciendo referencia a las fundiciones cercanas. Según algunas voces, la poca anchura y la opacidad de la calle, junto con la poca circulación que había, la habrían convertido en un espacio perfecto para los encuentros furtivos entre amantes y poco a poco se habría empezado a conocer con el nombre de "Carrer dels petons".