Otra campaña que Oliveiro Toscani realizó para Benetton fue la de 1991, en la que propuso indagar en los límites del celibato con una foto lanzada a la línea de flotación de la Iglesia Católica. La imagen mostraba a un joven cura besándose con una monja, incitando al espectador a romper con las limitaciones más artificiales y superficiales que coartan al ser humano. El Vaticano reaccionó airado, aunque la campaña solo se prohibió en Francia. Sobre esta polémica, Toscani opinó:
“Fue quizás la campaña más contestada en Italia; hasta el Papa se pronunció en contra. El beso del cura y de la monja se lo tomaron como un ataque contra el celibato y las tradiciones católicas. A mí me gustó la foto por su composición y su aparente inocencia; en el fondo no son más que dos seres humanos besándose“.
