«El beso» es una de las obras maestras de Picasso que atesora en su impresionante colección el museo del artista en París. Fue pintado en 1969, apenas cuatro años antes de su muerte, cuando el artista ya tenía 88 años. En 1961 se había casado con Jacqueline Roque en Vallauris, donde la había conocido en el taller Madoura de cerámica. Se trata, pues, de una de las obras de su etapa final, en la que Picasso vuelve la mirada a los grandes pintores de la Historia y se centra en temas como el pintor y la modelo y el taller del artista. Sus creaciones, a lo largo de toda su carrera, mantuvieron una fuerte carga de erotismo y sexualidad. Uno de sus alter ego es el minotauro. En este caso la escena se centra en un primer plano de los amantes, que se besan apasionadamente.